La continuidad en el suministro de la energía eléctrica depende en gran parte de un buen mantenimiento preventivo o correctivo a todas las instalaciones eléctricas.

Los cables de alta tensión, los transformadores, el sistema de puesta a tierra y en general la subestaciones eléctricas tienen una gran importancia, estos suministros generalmente se tienen contratados en media tensión, por lo que en caso de ocurrir una falla, la compañía suministradora no tiene facultad para intervenir en las instalaciones de los usuarios, de ahí que al usuario le corresponde la responsabilidad de mantener en buen estado sus equipos y sus instalaciones para que en caso de falla, no afecten las líneas de distribución de la compañía suministradora.

El objetivo principal del mantenimiento consiste en la realización de actividades encaminadas a lograr un diagnóstico del estado operativo de los equipos en cuestión y una buena conservación de los equipos, entre las que destacan las maniobras para desenergización, ajuste de mecanismos de operación manual y automática en las subestaciones eléctricas, pruebas dieléctricas, así como la aplicación de alto potencial en C.D., en los aislamientos que así lo requieran, con la finalidad de valorar la calidad de los aislamientos fundamentales que intervienen en la sección denominada de “alta tensión” y equipos anexos.